Al igual que Anatoly Chubais, yo en 1985 en aquel primer curso de Económicas pensé que o bien mis profesores ( fanáticos apóstoles de Keynes ), o bien yo ( un "forofo" de Friedman ), alguno debíamos estar "chalados" y, así, por culpa de "mi locura", estuve a punto de ganarme el suspenso.
En 1991, cuatro amigos viajamos con el "Interrail" por Europa y, estando en Budapest, y con intención de marchar a la mañana siguiente hacia Cracovia y Varsovia, nos encontramos con otro grupo de chavales que volvían asustados de allí : en dos días no habían podido comprar algo de comida, ni ofreciéndose a pagar en dolares y en marcos, simplemente no había comida que comprar y se habían tenido que mantener "racionando" un paquete empezado de pan de molde que llevaban.
Y así, a la mañana siguiente, nos volvimos a París : ¡ Miguel Indurain iba a ganar el Tour !.
También en 1991, en Dresde ( Alemania Oriental ) nos "topamos" con unos grandes almacenes "tipo El Corte Inglés" totalmente desabastecidos : nos pareció que aquel enorme edificio únicamente permanecía abierto para que, en el pasillo principal, un pequeño puesto pudiera seguir vendiendo sus "palomitas".
Aunque nosotros preferimos comprar, ya fuera de aquel edificio, a un "teutónico" y "cuadriculado" señor, unos pequeñísimos helados de vainilla y "obligatoriamente" de doble cucurucho.
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