Ya antes, para así poder enfrentarse al laborismo, se habían vuelto a reunir el conservadurismo y el liberalismo.
Pero, ahora, junto a Edmund Burke, también se leía a Karl Popper y a Friedrich Hayek, y enseguida a Milton Friedman.
Y pudo haber sido él el que liderara al partido, pero la cagó y dió así la oportunidad a Margaret Thatcher.
De todos modos siguió siendo "el poder detrás del trono", y su paso por la secretaría de Educación inspiró los nombramientos aquí en España de Miguel Angel Cortés, por Aznar, y de José María Lassalle, por Rajoy.
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