Pensábamos ganar, pero Arenas no cumplió.
Y sí, después de aquello, de una patada en el culo Aznar le mandó a Andalucía y le dijo :
"Hasta que no me traigas de allí el resultado prometido, por aquí no vuelvas".
Y aquí, en Getafe, Juan Tomás, que ya estaba más a sus fincas y sus ladrillos, y al que por entonces todo esto de la política le empezaba a importar menos que un pimiento, nos echó finalmente un discurso ( nada que ver con aquel suyo primero en que celebró de aquella manera el haberse impuesto localmente al CDS ) y nos mandó a casa.
Y sí, tomé el primer taxi que encontré y me volví a Villaverde.
Y, durante todo el viaje de vuelta, el taxista me estuvo soltado una retahíla sobre lo malo que era el PP y lo bueno que era el PSOE.
Le dejé hablar, no estaba yo para discusiones, pero una vez llegamos al destino y como despedida le solté aquello de :
"¡ Pues yo he votado al PP !".
Lean hoy a Cristina Fallarás, en "El Mundo", y comprenderán lo que verdaderamente pretendo escribiendo este blog.
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