Primario, infantil, ...

Oigo y leo cosas que me asombran.


Y mira que yo soy de los que cuando la gente dice eso de que "todos son iguales" o "todos son unos ladrones" pienso para mí un "Si en verdad supierais hasta cuanto".

Pero cuando de lo de la inmigración me habla uno como "Sigfrido" o de lo de los bancos me lo explica uno como "el Pulido", verdaderamente yo me quedo asombrado de que se expresen del mismo modo que lo pueden hacer mis hijos.

El otro día, Antonio, de 10 años, a resultas de unos deberes en que le hacían que diera su opinión personal sobre este asunto, me estuvo dando unos argumentos en contra de la inmigración que ya los quisiera para él "el Jean Marie Le Pen".

Y mira que yo se lo intentaba razonar, pero el mocoso estaba muy seguro de sus ideas, tanto que al final me rendí y lo único que hice fue pedirle que en el escrito de sus respuestas añadiera que "su padre no estaba de acuerdo con él".

Pues con Víctor, de 13, en asuntos económicos, me pasa también, y no es raro el día en que me suelta algo sobre que el gobierno se tiene que quedar con los bancos, y que tiene que fabricar más dinero, y que tiene que ser también el gobierno el que nos de a todos nosotros nuestros ansiados préstamos, que es lo mismo que le acabo de leer ayer o anteayer a "el Pulido".

Pues eso, que es todo más complicado y que, como decía Hayek y mi abuelo Víctor, "la inteligencia la ha repartido Dios con un dedal, por lo que no hay mucha diferencia entre el que menos y el que más".

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