Otra vez la Guerra de Irak.

Hace mucho tiempo leí que Florentino Pérez y su familia tenían un secreto vicio y que era el no poder resistirse a comprar las colecciones por fascículos que constantemente nos ofertan en lo quioscos de prensa.

Algo así también me pasa a mí, aunque ahora con esto de la crisis no tengo el ánimo para colecciones y distracciones y le estoy dando todo el día al coco para ver como de esta van saliendo todos los míos.

También, además de con lo de los fascículos, soy un viciado de los libros y. sobre todo, me entusiasmo al poder comprar ahora en ediciones de bolsillo aquellos que hace algunos años no podías conseguir ni encargándolos en La Casa del Libro, simplemente te decían que en español no sabían siquiera que estuvieran editados.

Pero, también por la crisis, tengo un problema con este vicio mío por los libros y es el que en los que tratan sobre economía no puedo avanzar en su lectura, enseguida me vienen a la cabeza los problemas que todos tenemos por el haberse caído el sistema, me pongo de muy mala leche y tengo que cerrar el libro inmediatamente.

Por eso, por lo de la dichosa crisis, ahora soy más de lecturas sobre dioses griegos y pensamientos orientales, igualito que "el Moreno".

Y así, el recuerdo que me ha hecho "Pedro Fresco" de la Guerra de Irak, en el blog "Liberalismo democrático y clásico" de Alfredo "Valcarcel" Coll, me ha pillado leyendo y releyendo "El arte de la guerra" y "El Príncipe", y también uno que tengo sobre el general Patton que casi habla más del mariscal Rommel.

Y mi conclusión, atención a este momento, es que en esto de la guerra todo depende de si el que la critica o la alaba la considera justa o injusta, apropiada o no, conveniente o tampoco.

A mí la Guerra de Irak sí me pareció justa, apropiada y conveniente, pero está claro que a otros no.

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