Para buscar sus orígenes yo me remonto a aquellas manifestaciones de los sindicatos en las se gritaba que la culpa de la crisis la tenían los empresarios, como aquella con la que nos cruzamos yo y mi familia por la calle Madrid y cuyo sentido y significado no fui capaz de explicárselos entonces a mi hijo Victor.
Y luego también a aquellas declaraciones de "el Willy" que justificaban la muerte de Orlando Zapata y, al mismo tiempo, comparaban en términos de igualdad la legitimidad de los gobiernos español y cubano, lo que muestra muy a las claras un modo muy particular de entender la realidad de este mundo.
Y así se continua con ese anuncio enigmático de José Blanco sobre las características especiales de los actos que iban a celebrar los socialistas durante la presente campaña electoral.
Y también con esas penúltimas y muy oportunas declaraciones de Rubalcaba alentando a la participación de electorado socialista.
Y con la publicación del ya famoso manifiesto en la pagina web del PSOE.
Y con la localización de la principal acampada en La Puerta del Sol delante del despacho de Doña Esperanza y no a las puertas de La Moncloa para que los pueda ver bien ZP.
Y con la reclamación de listas abiertas y la reforma de las normativas electorales ( ? ) de hace unos minutos, mientras que al contrario que en Túnez, Egipto, Libia y Siria aquí no se está pidiendo en ningún momento la cabeza de Zapatero.
Por todo esto, yo sigo diciendo que no me los creo.
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