Sí, estamos todos muy contentos por haber empezado a superar la crisis.
Como dicen "el Obama" y "el Zapatero" al menos hemos "salvado el sistema", y eso como en el anuncio "no tiene precio".
Pero, insisto, ahora tenemos un problema.
Y no, no me refiero a la mayor deuda pública de la Historia, que también.
No, me refiero al hecho de que al obligarnos a salvar, después de la caída de Lehman Brothers, a todas y cada de las compañías financieras y automovilistas en apuros, y ahora también a todos y cada uno de los países con problemas, hemos renunciado a conocer gran parte de la información que nos aporta el mercado y, como decía ya hace tiempo el profesor Huerta de Soto, eso no es otra cosa que la definición del "Teorema de la Imposibilidad del Socialismo".
Y así, no nos extrañe el despilfarro en la subvención del carbón "patrio", de las "latrocinias" placas solares o de aquello de la "recolocación" de los trabajadores de Delphi.
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