Les voy a contar una historia ...
Les voy a contar la historia del "etarra" Arturo Cubillas Fontán.
Arturo Cubillas Fontán, como les ocurre al cabo de un tiempo a todos estos "hijos de puta", fue finalmente detenido en Francia y, por las modas de aquel entonces, fue deportado a Argelia.
Esto es un hecho principal en la vida de Arturo Cubillas Fontán, ya que únicamente a los "hijos de puta" importantes se les deportaba a Argel, al resto de los "hijos de puta" se les mandaba a Cuba, a México o, incluso, a las islas de Cabo Verde.
Y es que en Argelia, entonces, se había negociado, se estaba negociando o se iba a negociar y parece ser que, entre otros, allí tenía que estar Arturo Cubillas Fontán.
Luego, una vez que Felipe González dejó de negociar, a Arturo Cubillas Fontán le deportaron a Venezuela y allí conoció a Goizeder Odriozola Lataillade, se casó con ella y adquirió la nacionalidad venezolana.
Y allí siguió a lo suyo, nunca dejó de ser un "hijo de puta", y tras diez años haciendo méritos se convirtió en el máximo responsable de ETA en Venezuela.
Y, además, o precisamente por eso, tras el ascenso de Hugo Chávez al poder, y por la vinculación personal de su mujer con Elias Jaua ( mano derecha de Chávez hasta la llegada del comandante cubano Ramiro Valdez ), y sin dejar nunca de ser un "hijo de puta", inició una prometedora carrera política que le llevó a convertirse en "Director adscrito a la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras", más o menos como nuestro Jose Luis en la Comunidad de Madrid : un buen sueldo, con pocas obligaciones y mucho tiempo libre para seguir con sus aficiones.
Y es que en Venezuela los "hijos de puta" nunca han dejado de ser unos "hijos de puta" ...
Y así, según dice ahora por fin un juez, y gracias a aquel ordenador que se capturó tras aquel ataque al campamento del "super farc" Rubén Reyes en la frontera de Ecuador, tan criticado por nuestro Llamazares ( asesorado casualmente entonces por Juan Carlos Monedero ), en Venezuela se han refugiado, se han adiestrado y se han armado conjuntamente ETA y FARC y, además, se han trasladado de un sitio a otro siempre escoltados por militares venezolanos.
Y así, sabiendo ahora esto, algunos empezamos a comprender el entusiasmo de Manuel Viturro, el entonces embajador español en Venezuela, a la hora de reconocer al gobierno "golpista" de Pedro Carmona.
Y es que yo, en su lugar, les habría reconocido y, además, habría mandado a casa del "hijo de puta" de Arturo Cubillas Fontán a los "Geos".
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