Esto ocurrió otro día, pongamos que jugándonos los cuartos contra Paraguay el sábado pasado.
Y lo cuento y hablo de él, de "Fireman", porque parece que quiere que yo así lo haga y además me complace el hacerlo.
Y parece ser que para cuando empezó el partido de fútbol, ya ellos tres llevaban "arreglando" el partido político desde antes de las cinco.
Y me intentaron localizar, pero yo estaba "muy malito" en casa y no hice intento.
Y también parece que por allí andaba "El Peligroso", y puede incluso que con algún comentario y cotilleo le escandalizaran, por lo cual en el nombre de ellos me excuso y le digo que lo lamento.
Y es que con tanta barra libre y tanta promesa de vuelo a Ibiza para asistir a la fiesta del sobrino de ese gran motero, se les subió la bilirrubina hasta el cielo.
Y así, con tanto hablar de política y repartirse los puestos de la lista, lo único que consiguieron fue que José Antonio se marchara aburrido y molesto.
Y parece que así se quedaron ellos todos contentos :
De primera y segundo "El Trajeado" y "La de los Flamencos", de tercero y cuarta dejaron libres los puestos, pero al quinto y al sexto no le hicieron ascos "Los que ahora tenían tiempo" y, oye gracias, a mí me dejaron el puesto trece o el veintinueve y, eso sí, prometieron invitarme a un cordero.
De críptico que anda, que "me se" escapa.
ResponderEliminarNo se rompa los cuernos intentando en su mente recordar el suceso.
ResponderEliminarPor un lado, si usted no estuvo allí o si estando no se dio por enterado, guárdeme mis disculpas por la impertinencia de mis amigos para otra vez y demos el asunto por acabado.
Y por otro, si estuvo y se dio cuenta, le aseguro que en realidad la cosa no fue más que el desvarío prepartido futbolero de unos viejos rokeros del PP que, aunque no lo digan y no lo confiesen, sí siguen añorando los viejos tiempos.
Y si encima "el Luise" les invita a jamoncito y wiskises de los buenos, y ellos se aprovechan y parece que no hayan comido y bebido nada igual ni en Cuba ni en Soria desde hace tiempo, pues ya tenemos asegurado el cachondeo.
Y, bueno, para que se quede aún más tranquilo, le diré que por lo que luego supe de lo que allí hablaron contaban más con usted que conmigo en sus listados.
De hecho, a mí parece que me iban a ofrecer como siempre el hacerme cargo de abrir la sede electoral y de pelearme con los recién llegados :
¡ Y es que no debo tener cara de concejal, ni siquiera los muy cabrones se lo plantearon !.