De acuerdo que todo empezó con el estallido de la burbuja inmobiliaria, y ya hemos aceptado "pulpo" como animal de compañía y que la culpa la tuvo Bush, Greenspan, Clinton y hasta Reagan.
Aunque, ya lo saben, para mí "el malo, malísimo" es Ben Bernanke, al que acuso de no haber querido estarse quieto, y como buen aprendiz de brujo querer ser más listo que su predecesor y más conocido que "la Belén Esteban".
Pero, luego, y esto ya lo empezó a hacer "W", nos volvimos todos otra vez "keynesianos", y dejamos de ser capitalistas, y enteramos bajo una gran losa a Hayek y a Friedman e incluso Paul Samuelson bailó sobre sus tumbas.
Y nos convertimos todos, y sobre todo "el Obama" y "nuestro Zapatero", en "hooligans" de las ideas de Krugman y, entonces, "la cagamos, con perdón".
Y así, todo "muy keynesiano", gastamos, gastamos y gastamos, y como los mercados financieros no nos dejaron gastar más nos cabreamos.
Y, por obligación más que por convencimiento, dejamos por fin de gastar y empezamos a recortar.
Pero esto, para unos manirrotos como somos, es muy duro.
Y así, como ya hizo en su momento Richard Nixon, primero nos terminamos de deshacer de Milton Friedman, como ya hizo él, y segundo, como le dijeron unos flamenquitos a Sonia que había que hacer, nos hemos lanzado a la emisión de moneda y a decirle a "la Merkel" que se deje de joder.
Y así leo que ya le debe la banca española más de 125.000 millones de euros a Trichet, y que aún son necesarios a corto plazo otros 50.000, y que allí va a estar Zapatero para dárselos, pero deberíamos saber todos que tanto Krugman como él disparan con pólvora del rey, y que luego vendrá "la Salgado" y nos dirá que "¡ Hacienda somos todos !".
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