En la vida real, y también en el "politiqueo", algunas pocas veces ocurre.
No, no vas a dejar de pensar como piensas, ni va tu contrario a así hacerlo.
Pero, a veces, muy pocas veces, encuentras una cierta coherencia en el opuesto y llegas a contemplarle hasta con respeto y cariño.
No por eso vas a ir entonces a abrazarlo, ni siquiera cuando todo se va acabando y las antiguas polémicas empiezan a verse como la salsa que aportó el sabor en aquellos viejos y buenos tiempos.
Siempre fuiste leal a los tuyos, y a pesar de ellos mismos, y yo lo fui a los míos, y también a pesar de lo mismo.
Y no debemos ahora dejar de serlo, sin renunciar a nosotros, y a lo que somos y a lo que fuimos.
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