¿ Debería dimitir Albert Ordóñez ?

¿ O le debemos dejar que, como aquel emperador romano, se exprese y nos de muestras de su talento a partir del incendio de nuestras calles y aposentos ?

¿ O le permitimos que entre en nuestras cárceles y libere a cuantos de los suyos así él lo solicite, no sea que se le terminen de hinchar los huevos ?

¿ Son acaso más importantes los próximos en tener que sufrir incomodidades, estrecheces e, incluso, perder el empleo que esos más de cinco millones que ya lo perdieron ?

¿ Qué es lo que ha cambiado en estos momentos ?

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