Sí, pedían un 1'3 % y Doña Espe lo ha dejado en el 1'13 %.
Ahora solo hace falta que "el Moreno" le haga caso a "la Báñez", se deje de poesías, refranes y dichos, y en lo de los parados se pase del fondo y el medio fondo a los tramos cortos.
Fracasó Tejero.
Gobernó Felipe, y dijimos sí a lo de la OTAN.
Se cayó El Muro.
Y también desgobernó Zapatero, y nos retiramos de Irak y a nuestro aliado americano le hicimos unos cuantos feos.
Y, ahora, si voy yo y algunos como yo y decimos que no podemos más, que estamos "asfixiaos" y que ya no podemos soportar por más tiempo la actual situación, y que simplemente debemos entender que no tenemos dinero para todo y que algo tendremos que dejar al descubierto, y que primero habrá que pagar las facturas que nos vienen del pasado y luego ya habrá tiempo de seguir con el gasto, pues va uno que se cree el heredero de Nerón, que se disfraza de Arafat y que te recomienda releer a Lenin y dice que tú eres ahora el malo.
Y, claro, como grita Don Alfredo, es que toda la culpa es de lo libres que somos los empresarios y por eso hay que lanzarse a la calle a corrernos a gorrazos.
¡ Y luego nos extrañamos de que estemos por encima de los cinco millones de parados !.
¡ Cada vez estoy más, a lo Ayn Rand, por mandarlo todo al carajo!.
Se publican gracias a Wikileaks ciertos comentarios de una agencia internacional y privada de detectives ( o espías ) sobre "José Mari" y, a parte de cierto tufillo "liberal" ( lo que en EE.UU. se entiende por "progre" ) al "analizar" sus ideas y posiciones respecto al terrorismo, se "descojonan" a propósito de su pelo.
Sí, en ciertos ámbitos, el tener un pelo sano y el no estar calvo es motivo de chanza por considerarlo algo "étnico", muy propio de hispanos y mediterraneos y muy ajeno al ideal blanco, anglosajón y protestante ( y elitista de la alta sociedad de las ciudades de la costa este ).
Sí, además, ultimamente, también lo católico por oposición a lo evangélico es motivo de chanza y crítica, e incluso se le atribuye una secreta y maléfica alianza con lo judío.
En este sentido, también en lo filtrado hay una curiosa comparación de las ideas de Aznar con la de los "funcionarios israelíes".
¡ Y a mí que estos "espías" me recuerdan mucho a los "pasilleros" de Génova 13, aquellos que primero rodeaban a los Rato, luego "acosaron" a Doña Espe, y siempre estuvieron junto a Don Javier y "la Mato" ( "Norniella", "Tejada", Bermúdez de Castro, Utrilla, ..., casi todos calvos ) !.
"La revolución conservadora americana" es un librito escrito en 1983 por Guy Sorman, anterior a aquellos otros de "La solución liberal" y "El Estado mínimo", y que leído entonces fue trascendental para algunos y que leído ahora maravilla por lo lejos que desde allí esos algunos hemos avanzado.
Y "La rebelión liberal-conservadora" fue una "Milli Vanilli" de la obra anterior firmada por Jesús Trillo-Figueroa ( que digo yo que algo tendrá que ver con Don Federico ) y publicada al amparo de la Cánovas del Castillo.
Y sí, lo de De Guindos "promete", solo es cuestión de que "Clint" vuelva a ser "Harry" y deje de darse paseos por el condado de Madison.
Bueno, alguno, como mi padre, también se remonta a Ortega y a Heidegger, pero de un modo algo vago, más en el estilo de aquel elitista Partido Republicano de Nelson Rockefeler que en el de la Nueva Derecha de Barry Goldwater.
Ya saben, todos esos "malos, malísimos" : Friedman, Goldwater, Wojtyla, Thatcher, Reagan, Gingrich, Kemp, Wolfowitz, Sowell, Palin, ...
Es una de esas cosas que todos estamos esperando y que aún así no termina nunca de aparecer.
Yo, ya lo he dicho alguna vez antes, nunca terminé de creerme sus teorías, me refiero a las de John Maynard Keynes, y eso del "multiplicador" que tanto les gusta a los tertulianos de los informativos de la todavía "más que socialdemócrata" RTVE para mí siempre ha sido poco más que un camelo.
Yo, de siempre, he sido de Friedman, y con el tiempo de Hayek ( de los dos, de Friedrich y también de Salma Hayek ), incluso cuando a Milton no le cuadraban del todo las fórmulas y, por tanto, no cumplía del todo con su propio método.
Y, por eso, ahora, y desde hace un tiempo, y esto ya se lo he comentado más de una vez a Sonia, algunos estamos esperando que alguno escriba la definitiva refutación de aquello de la "Teoría General del empleo, el interés y el dinero".
Y así, al que lo haga seguro que le dan el Premio Nobel de Economía y algún otro premio.
Leo que "mi Rallo" hoy ya se ha atrevido, pero me da que no va a ser más que un primer intento.
Le ha dado a "Sonia, a la que sigue sin conocer Antonio José", por llenarle a "el Soler" su página de Facebook de fotos con los baches de mi calle.
Y yo ya me estoy temiendo que nos va a salir cara la ocurrencia y que después de un par como estas "estos del liberalismo simpático" nos vuelven a subir los impuestos.
Mira, yo, si puedo elegir, que baje "el Soler" lo del IBI y que nos deje un par de años más la calle con sus agujeros.
Y es que parece que todo el mundo tiene aquí en Getafe vocación de "Concejal Farolas", y no se dan cuenta que nunca podrán siquiera igualar a "mi Antonio", que entonces lo hizo casi perfecto.
Y sí, le he visto a Alcalá hacer una serie monográfica sobre "esas insensatas rotondas", y le he visto incluso a "El Peligroso" patinar en sus últimas semanas con aquello de las rampas y los accesos, y también "el Moreno" se valió muchas veces de este invento.
Sí, entonces, en aquellos tiempos, dada nuestra escasa capacidad y aún menor esfuerzo, era lo que se dice "muy socorrido" el acudir a los plenos con denuncias de farolas rotas y agujeros en el pavimento, y así en muchos momentos "mi Antonio" se nos hacía protagonista y con estas cosas sacaba pecho.
Y, encima, luego, te contaba con pelos y señales con quien estaba saliendo cada uno y a quien le ponían los cuernos en ese horroroso edificio que es nuestro ayuntamiento.
Reconozco que es muy posible que alguno o algunos me estén intentando manipular e intoxicar con tanta y tan pormenorizada información sobre lo que hace o deja de hacer el susodicho.
Pero, ¿ no es también esto verdaderamente preocupante ?
¿ Qué está pasando en esa concejalía para que haya tanto subordinado con ganas de "joderle" ?
¿ Puede esa disfunción llegar a ser incluso peligrosa ?
De hecho, ¿ no se explicaría así alguna desgracia ya acaecida ?.
¿ O le debemos dejar que, como aquel emperador romano, se exprese y nos de muestras de su talento a partir del incendio de nuestras calles y aposentos ?
¿ O le permitimos que entre en nuestras cárceles y libere a cuantos de los suyos así él lo solicite, no sea que se le terminen de hinchar los huevos ?
¿ Son acaso más importantes los próximos en tener que sufrir incomodidades, estrecheces e, incluso, perder el empleo que esos más de cinco millones que ya lo perdieron ?
¿ Qué es lo que ha cambiado en estos momentos ?
Lo siento, pero nunca le he creído a él capaz de hacerlo.
No, no digo que no lo hiciera, lo que digo es que necesariamente lo que hizo lo tuvo que hacer en compañía de otros, de muchos otros.
Pero, por ahora, por el momento, el fiscal le pide solo a él cárcel de nueve años y medio.
Y no digo que sea mucho o sea poco, para mí lo más importante sería que aparecieran algún día los dineros.
Y, quizá sea yo un ingenuo, la más cierta posibilidad de que se cubrieran los agujeros sería el poder relacionar a David con esos otros, y aquí no hablo del ex funcionario que luego se reveló como un magnifico jugador de "Stratego", aquí sobre todo hablo de aquellos a los que desde hace poco está poniendo a parir Angel Torres y que aún discuten el porqué han perdido las últimas elecciones municipales, autonómicas y generales.
Se que no es consuelo para los afectados, pero aquel desencuentro entre David y los que entonces mandaban en nuestro ayuntamiento fue el principio del fin del "pesebre", o eso nos estamos creyendo.
¿ Y le ha dado "un aneurisma" al pensamiento de Krugman ?.
¿ O vamos a seguir soñando con una invasión extraterrestre ?.
O como le he oído a Carlos Rodríguez Braun :
"La izquierda se justifica a sí misma conforme a sus objetivos y critica a los demás conforme a sus logros. Obviamente siempre gana".
"Esta cosa de que el capitalismo es malo porque la gente quiere ganar dinero y el socialismo es bueno porque se ocupa de los pobres ...".
Y más ahora que, por primera vez en mucho tiempo, por los pasillos de Génova parece que ya no se va a pasear Ana Mato.
¡ Menuda oportunidad !.
¡ Si por no estar, no va estar ni Bermúdez de Castro !.
Y estoy a favor de "Paco" Cascos".
Y ni Pérez-Espinosa, ni Mercedes Fernández.
¡ Lo que hay que hacer es volver a integrarnos todos !.
Y, bueno, se nos va Don Federico a Londres, como una vez hizo Don Manuel.
Y que conste que a mí lo que no me gustó fue aquel "Bini Vanili" de la obra de Guy Sorman que hizo Jesús, que creo que es su hermano.
Y, por cierto, lo de Claude Guéant no es nada original, ya lo hemos hecho aquí antes con De Arespacochaga, Mercedes de la Merced, Mayor Oreja y, últimamente, con García Albiol ( aquí, en Getafe, tenemos a "el Casarubios" ).
Y eso es justo lo que pasó en los dos o los tres primeros años del mandato de Ronald Reagan, y luego la cosa mejoró y lo llamaron "Reaganomic".
Y eso es justo lo que ocurrió en los dos o los tres primeros años del mandato de Margaret Thatcher, y a ella dicen que le salvó "La Guerra de las Malvinas" e inmediatamente luego terminó aquello del descontento.
Y eso es justo lo que le sucedió a Felipe González, y por eso permanecimos en la OTAN e ingresamos en la CEE con los ojos cerrados, y luego nos costó bastante tiempo el arreglar aquel entuerto.
Y sí, como ya pasó con aquello del euro, luego dirán que ya lo dejó encaminado Pedro Solbes o Elena Salgado, pero ni entonces ni ahora ha sido eso cierto, lo cierto es que entonces y ahora lo dejaron todo muy roto y muy descompuesto.
Y sí, es muy posible que tanto Zapatero como Obama salvaran el sistema, pero para mí que hemos perdido cuatro preciosos años.
Y sí, ahora, por fin, como no he dejado de oírle pedir a mi amigo Raúl, parece que ya se empieza a hacer algo.
Y a eso alguna "pija" lo llama "Tratamiento de Shock", pues vale.
* Licenciado en Económicas por el CUNEF, como "la Figar" y "el Agag".
* Socio-Consejero de AB Asesores, hasta poco antes de su venta-pelotazo a Morgan Stanley.
* Secretario de la revista "Información Comercial Española", la publicación de referencia de la autonominada "Escuela ( de Economistas ) de Madrid" ( Velarde, Barea, ... ahora de memoria no se si a Fuentes Quintana le dio tiempo a escribir en ella, tengo que mirarlo ).
* Vocal asesor del Secretario de Estado de Economía, con Montoro, y jefe del Gabinete Técnico de la Secretaría General de Comercio, con Fernández Norniella.
* Director General de Política Económica y Defensa de la Competencia, y miembro de los consejos directivos de Renfe y del ICO.
* Secretario General de Política Económica y Defensa de la Competencia, y de la SEPI.
* Secretario de Estado de Economía, con Rato.
* Socio del despacho "Montoro y asociados", luego "Equipo Económico", conocido por muchos como "Los hombres de Rato".
* Consejero asesor para Europa de Lehman Brothers, y director para España y Portugal.
* Autor del libro "España, claves de prosperidad", publicado por FAES y prologado por Aznar.
* Responsable de la división financiera de Pricewaterhouse Coopers, y miembro del consejo de administración de Banco Mare Nostrum, de Endesa, y también de Unedisa ( "El Mundo", "Expansión", "Marca", ... ).
* Ministro de Economía y Competitividad, con Rajoy.
¡ Sobre el papel no lo había más bestia, pero ya está tardando !.
Hoy, en Neox, a Staniel Smith, el de "American Dad", tras unas palabras "equívocas" sobre Abraham Lincoln ( fundador del actual Partido Republicano ), le ofrecen representar en la Convención Nacional del partido del elefante a un grupo organizado de militantes y simpatizantes denominado "La Cabaña", que es algo así como lo de "El Yunque" o "El Búnker", pero todo lo contrario.
Bueno, pues eso, que "Stan" es atraído por el glamur del "lado oscuro" e intenta de verdad "el hacerse gay", pero al final no.
Y, también hoy, en La Ser, Gallardón ha dicho que por él "de inconstitucional, nada de nada", para contento de los que piensan o pensamos en estas cosas como "la Villalobos", aunque luego Jorge Fernández Díaz se ha disfrazado de "Capitán Trueno" y ha dejado a todos los demás contentos.
También ayer, en "La Primera", en "La guerra de Charlie Wilson", Julia Roberts critica a "los liberales" ( lo que en USA se entiende por "liberal" ) y Tom Hanks ( que interpreta al congresista ) responde que "¡ Yo soy liberal !". Inmediatamente, Julia Roberts le aclara "¡ Pero no en lo verdaderamente importante !", pues eso.
Oigo que si Montoro, por culpa de Arenas ( desde que tengo uso de razón política, la culpa en general siempre es de Don Javier y en lo que respecta a Génova de "la Mato", es decir, de él también ), se está enfrentando a De Guindos por la intensidad de la laboral reforma.
Y a mí, aún así, lo que propone aprobar De Guindos me parece demasiado poco.
¡ Venga, Clint, venga, saca ya un rifle, pega un tiro, o algo !.
Pues me suele ocurrir mucho el que no coincida mi apreciación de las cosas con lo que me cuentan otros.
Y así, hasta hace bien poco, no he conseguido escuchar un relato de aquello de "La Movida Madrileña" que yo identificara como propio.
Aunque, ya les digo, últimamente sí que empiezo a oír sobre aquello argumentos más sensatos y, desde mi propio punto de vista, más ciertos.
Y, también, sobre aquel mandato de Ronald Reagan, o sobre el de Aznar, o sobre el de George W. Bush, no he dejado nunca de escuchar consideraciones absurdas y malintencionadas.
Y, bueno, en el ámbito local, también han sido muchas las falsas especulaciones sobre mi desencuentros con Pedro, con "Tomás, el de Brass" y con el resto.
Por eso, ahora, no me extraña que la película de "La Dama de Hierro" se centre demasiado en la interpretación de Oscar de Meryl Streep y apenas nada en los logros de Margaret Thatcher.
Como no me extraña que se publiquen novelas sobre Sarah Palin repletas de camelos.
Ha ganado Sauli Ninistö, partidario de la contención en el gasto.
Ha ganado Sauli Ninistö, cuyo primer pensamiento siempre ha sido el bajar los impuestos.
Ha ganado Sauli Ninistö, que no cree en el gobierno y sí en el buen sentido de la gente.
Ha ganado Sauli Ninistö, que piensa que hay que empezar a preguntarse si no nos hemos pasado a la hora de proteger los derechos del trabajador "con trabajo" frente por ejemplo al pequeño empresario o al parado.
Ha ganado Sauli Ninistö, al que no le importaría que Finlandia ingresara en la OTAN.
Y ha ganado Sauli Ninistö, que tiene en el punto de mira el poco respeto por los Derechos Humanos en países como China o Bielorusia.
Y ha ganado Sauli Ninistö, nada partidario de eso que los "listos y estudiaos" llaman "construcción de naciones" ( lo mismo que Donald Rumsfeld ).
Nota de "El Moli" .- Por cierto, son la una y media de la madrugada y, ni Patriots, ni Giants, yo me sigo quedando con aquellos 49ers de Joe Montana. Y son ya más de las dos y muchísimo mejor lo del año pasado de "The Black Eyed Peas" ( fue espectacular ) que lo de hoy de "Madonna".
Pues, en resumen, que ha ganado Rubalcaba, por veintidós sobre menos de mil delegados, lo que casi es un empatado.
Pero, bueno, los del "Clan de Chamartín" ( aquellos que defendieron a Joaquín Leguina del "malvado" Alfonso Guerra, es decir, Maravall, Solana, Almunia y Rubalcaba ), como los marines americanos post Corea y Vietnam tras aquella invasión de Granada o aquella otra de Panamá, ya pueden decir que no son "0-1-1" ( cero victorias, un empate y una derrota ).
No, aún no han ganado unas elecciones generales, ni tampoco unas primarias internas en verdad disputadas, pero sí que esta vez al menos han ganado este 38º Congreso.
Y lo han ganado gracias a Felipe González, a Manuel Chaves, a "Pepiño" Blanco, a José Bono y a Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Y "la Chacón" lo ha perdido, pero lo ha casi ganado, gracias a José Luis Rodríguez Zapatero, a José Antonio Griñán, a José María Barreda y a Alfonso Guerra.
Sí, ha sido un poco como en aquellas guerras entre ingleses y escoceses, en que para mantener a salvo los feudos el señor del castillo se mantenía neutral, el hijo mayor colaboraba con los ingleses y el menor se levanta en rebeldía y se unía a los escoceses.
De este modo, ganara quien ganara, las cosas en el castillo seguían igual, al menos hasta la siguiente batalla.
El autor asegura que la nueva Europa afronta una encrucijada similar a la que vivió EEUU tras su independencia
Sostiene que las iniciativas de Hamilton que permitieron el despegue americano sirven para el Viejo Continente
La grave crisis política, económica e institucional que está atravesando la joven Unión Europea recuerda en muchos aspectos a la que sufrieron los Estados Unidos de América poco después de aprobar su todavía hoy vigente Constitución de 1787. Superado un primer momento de euforia revolucionaria y mesianismo político -encarnado en la persona de George Washington-, y asumida ya como una cuestión de hecho la independencia de las 13 colonias, los ciudadanos americanos tuvieron que decidir, completamente endeudados por el alto precio de la Revolución, cuál iba a ser el modelo político y económico más propicio para construir una nación democrática integrada por un puñado de estados totalmente diferenciados.
Se inició por entonces un intenso debate público al respecto protagonizado por dos grandes colosos de la política: Thomas Jefferson, autor de la Declaración de Independencia americana, y Alexander Hamilton, gran defensor de la Constitución y arquitecto de la estructura económica y financiera de la flamante nación. Las vidas de ambos founding fathers fueron selladas por la Revolución Americana. Sin esta, Jefferson y Hamilton hubieran pasado del todo inadvertidos. Sin ellos, la Revolución, de seguro, no hubiera gozado de la potencia intelectual y atractivo político que la marcó desde sus inicios.
Ambos admiraron, con distinta intensidad y matiz, al inefable comandante en jefe George Washington y ambos lo tuvieron, de por vida, por el verdadero hacedor de la nueva nación. Ambos formaron parte de su primer gabinete: Jefferson, como secretario de Estado; Hamilton, como secretario del Tesoro. Y fue entonces precisamente cuando Jefferson y Hamilton comenzaron a rivalizar y a considerarse enemigos políticos defendiendo visiones totalmente opuestas sobre el desarrollo constitucional e institucional de los Estados Unidos. Sendos programas políticos fueron el germen del Partido Federalista, liderado por Hamilton, y el Partido Republicano, dirigido por Jefferson.
El debate político entre federalistas y republicanos ha ejercido un impacto tan profundo en la historia americana que todavía, en cierta manera, continúa estando presente y dividiendo a los propios ciudadanos. Y es que se trata de un debate que afecta a la misma identidad de la nación y que, por tanto, no puede perder vigencia en una democracia bien constituida. De ahí que pueda tener también una actualidad extraordinaria en nuestra tambaleante Europa.
Hijo de la unión no matrimonial de un mercader escocés venido a menos y una muchacha divorciada descendiente de hugonotes franceses, Alexander Hamilton había nacido en Charlestown, la capital de la isla de Nieves, una colonia británica ubicada en las Antillas, probablemente en 1757. Abandonado por su padre y huérfano de madre, el joven Alexander comenzó a trabajar en una empresa de exportación hasta que pudo costearse el viaje para hacer sus Américas. Su profundo sentido del honor, su extraordinaria capacidad intelectual y su ambición política pronto llamaron la atención de George Washington, que lo nombró ayudante de campo en 1777. Desde entonces y hasta la muerte del general en 1799, Hamilton fue uno de sus más leales colaboradores.
Ávido lector de Hobbes y Montesquieu, amante de la eficiencia, el realismo político, el orden y la organización, al no estar vinculado por nacimiento a colonia alguna, Hamilton representaba mejor que nadie la necesidad de un poder federal centralizado y fuerte, así como la defensa de los intereses mercantiles e industriales de los puertos marítimos y la importancia de las grandes ciudades, como su querida Nueva York.
Hamilton deseaba emplear, y de hecho lo consiguió, toda la potencialidad del poder federal para modernizar la joven nación americana. Soñaba con una nación industrializada, que ocupara un peso específico en el concierto de las naciones del orbe. Por eso, como primer secretario del Tesoro del presidente Washington, Hamilton apostó por el apoyo a las industrias nacientes, por el establecimiento de tarifas arancelarias moderadas, por las restricciones a la importación y por el fomento de las relaciones comerciales con Gran Bretaña.
Hamilton diseñó un eficaz sistema de crédito nacional con el fin de garantizar el desarrollo industrial, la actividad comer- cial y las operaciones del gobierno. Para Hamilton, el interés general y la creatividad humana eran los verdaderos garantes de toda economía: «La deuda nacional, si no es excesiva, será para nosotros una bendición nacional», repetía una vez y otra con palabras que escandalizan, entre otros, a su colega Jefferson.
En efecto, muy poco tiene que ver con lo descrito hasta ahora la figura del autor de la Declaración de Independencia y tercer presidente de los Estados Unidos. De insaciable curiosidad intelectual, amante de la libertad política y del cultivo de las virtudes republicanas, de su querida Virginia y de su preciosa finca en Monticello, Thomas Jefferson era unos cuantos años mayor que Hamilton. Aristócrata ilustrado, con la vida ya resuelta desde su primer aliento y casado con una joven viuda rica, Jefferson representaba el poder de los estados coloniales en defensa de una república agraria descentralizada.
Como secretario de Estado del presidente Washington, Jefferson no cuestionaba la importancia de un gobierno central fuerte en las relaciones exteriores, pero no quería en modo alguno trasladar ese esquema a la política interna de los Estados Unidos. Jefferson advertía a sus paisanos que no era amigo de un gobierno federal «con mucha energía», y aborrecía cualquier idea que pudiera sonar lo más mínimo a tiranía. Por origen, trayectoria, ideología y carácter, el choque entre Jefferson y Hamilton era constante, por más que Washington intentara mediar.
Cuando Hamilton presentó su proyecto de ley para establecer un banco nacional, Jefferson se opuso firmemente. Erigido en representante de los defensores de los derechos de los estados, Jefferson afirmó que la Constitución expresamente enumeraba todas las competencias del gobierno federal reservando las demás a los estados. En ninguna parte se decía que alguien estuviera facultado para establecer un banco nacional.
Hamilton defendió una posición contraria basada en una interpretación de la norma constitucional más elástica y flexible, acomodada a las necesidades políticas y sociales. Y fue la que prevaleció, marcando un importante precedente en la interpretación constitucional expansiva de las competencias del gobierno federal. Gracias a su aprobación por el Congreso, las medidas adoptadas por Hamilton alentaron y estimularon el comercio y la industria, y sirvieron para poner las bases del espléndido desarrollo económico de los Estados Unidos como potencia mundial. De haber seguido la política democrática jeffersoniana, otro hubiera sido el camino recorrido por esa gran nación americana. Muy otro, sin duda.
La profunda crisis que nos aflige es un momento privilegiado para preguntarnos seriamente por el modelo de Europa que deseamos. Ese modelo condicionará por decenios la política económica y financiera que deba llevarse a cabo desde la Unión Europea. Y también nuestras democracias. La respuesta es compleja, tanto técnica como políticamente. Pero si algo no cabe es una respuesta esquizofrénica, como la actual.
No se puede soñar con la Europa de Hamilton aplicando la política de Jefferson: no se puede aspirar a una Europa institucionalmente fuerte, desempeñando un papel importante en nuestro orbe globalizado, defendiendo, al mismo tiempo, la plena soberanía de los estados miembros de la Unión. Pero tampoco se puede soñar con una bucólica Europa jeffersoniana, si queremos salir de la crisis económica a corto o medio plazo.
A estas alturas, se quiera o no, estamos abocados a la construcción de una Europa hamiltoniana, es decir, al establecimiento de un modelo económico y financiero sólido sobre el que se puedan apoyarse las instituciones democráticas europeas y los estados miembros de la Unión. Y una respuesta hamiltoniana exige medidas hamiltonianas. El precio político y social que hay que pagar es muy alto: cesión de soberanía estatal en un marco de ausencia de legitimidad democrática por falta de responsabilidad política. Pero, aunque me cueste decirlo porque mi corazón es jeffersoniano, no hay otra salida. Dos siglos después, Hamilton sigue venciendo a Jefferson. También en Europa.
Rafael Domingo Oslé es catedrático de la Universidad de Navarra e investigador del Straus Institute de la Universidad de Nueva York.