Leo Strauss daba el ejemplo de al-Farabi, otro de sus autores esotéricos, para explicar cómo se puede decir la verdad con palabras, sólo para engañar :
"El piadoso asceta era muy conocido en la ciudad por su abstinencia, humildad y mortificación, así como su probidad, corrección y devoción. Mas por algún motivo despertó la hostilidad del soberano de su ciudad. Este ordenó arrestarlo, y para asegurar que no se fugara, puso en alerta a los guardias a las puertas de la ciudad. No obstante, el asceta logró escapar. Vestido de borracho y cantando al son de los timbales, se acercó a las puertas de la ciudad, Cuando el centinela le preguntó quién era, le respondió que era el asceta piadoso que todo el mundo andaba buscando. El guardia no le creyó, y lo dejó pasar".
Sal del armario, y nos tomamos algo, para mi seria un autentico placer...
ResponderEliminar