La convivencia interna del Partido seguía deteriorándose, y a los de NN.GG. nos era imposible realizar la más mínima iniciativa sin que alguno de los infinitos grupúsculos en que se dividían nuestros mayores no se sintiera amenazado o directamente la boicoteara.
Nosotros, salvo alguna "leal oposición", nos manteníamos unidos y ya hacía tiempo que nos habíamos desembarazado de la influencia de "Kiko", incluso su mujer y todavía nuestra presidenta había dejado de acudir a las reuniones de nuestro Comité Ejecutivo Local.
Pero la verdad es que el ambiente era malísimo, tanto que en broma decíamos que "nuestro grupo municipal tenía cuatro concejales y, gracias a Dios, tan solo seis tendencias políticas".
En ese contexto, nuestra "Presidenta en funciones" tras superar largamente la edad límite de permanencia en la organización, y a pesar de habérnoslo prometido, se negaba por enésima vez a marcharse y, en consecuencia, era Pedro el que presentaba su dimisión.
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