Ya había yo dejado de ser presidente "accidental" de las NN.GG. de Getafe.
Sí, "accidental" al modo de Don Nachete y Doña Ana, es decir, sin habérmelo yo ganado de verdad presentándome de candidato.
Y, bueno, esto debió de ser en el 2001 o en el 2002, y yo ya me había jubilado en el 98 o en el 99.
Y sí, fue en París, en el Eurodisney.
Allí, sí, en el interior del parque, dio la casualidad de que me encontrara con mi presidente regional de NN.GG., precisamente con aquel que me las había tenido tiesas por lo del querer yo abrir una sede electoral y por lo del estar continuamente jodiendole la marrana al Utrilla y a "el Moreno".
Y, bueno, sí, algo allí se disculpó y en algo me dio la razón al hacerlo, pero "bueno, ya sabes, bien sabes tú como funciona esto".
Y así, pareció por unos segundos que íbamos a quedar para luego cenar, pero enseguida ambos caímos en la cuenta de que yo y mi familia estabamos allí gracias al trabajo de Sonia y que él y su novia iban por lo de la política regalados.
Y más aún, hasta se extrañó de que hiciéramos yo y los míos ese viaje pagándolo, pues sabía que en París estaba y hasta en aquel parque se había cruzado con medio PP de Madrid, y que ya estaba prevista la llegada del otro medio.
- "¡ Qué vergüenza !", me soltó luego Sonia.
- "¡ Pues este es de los más apañados !", la contesté.
- "¡ Qué vergüenza !", me soltó luego Sonia.
- "¡ Pues este es de los más apañados !", la contesté.
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