El Soler y mi suegra ( recuperado, de momento ).

Son días familiares y son días para alguna de descanso, reposo y fiesta.

Y sí, se pasan todo el día las dos, Sonia y mi suegra, de paseo en paseo y de compra en compra.

Y así, uno de estos días se aparecieron las dos, me dicen, frente al belén de nuestro ayuntamiento.

Y en esto que de allí, de nuestro ayuntamiento, sale nuestro flamante nuevo alcalde y las saluda :

- Soler : "Hola Sonia, ¿ como tú por aquí ?".

- Sonia : "Ya ves, con mi madre, haciendo las últimas compras".

- Mi suegra : "¡ Qué diferencia, qué diferencia !".

- Soler : "¿ Perdón ?".

- Mi suegra : "¡ Qué digo que menuda diferencia con lo anterior, qué bonito lo tenéis este año todo y con cuanto gusto está todo puesto !".

- Soler : "¡ Pues muchas gracias, señora !".

- Mi suegra : "Si ya lo digo yo, que los gays tenéis mucho gusto, y además viniendo como venís todos de Salamanca ( ? ), de ese barrio en que lo tenéis todo tan bien colocado y tan bien puesto, pues eso, que está todo muy bonito y muy fino, y con mucho gusto".

- Soler : ( ... ).

- Mi suegra : "Y qué majo que es ese chico, Burranchón, a ese muchacho le he tenido yo muchas veces en casa tomando coca-cola y bocadillos cuando se dedicaba a pegar carteles para mi yerno. Pues el muchacho es muy majo y muy cumplidor, el otro día le dije lo mal que estaba el parque de al lado de mi casa y ya me ha plantado tres arboles, muy mal plantados y que seguro que no aguantan, pero la intención es lo que cuenta ...".

- Soler : "Bueno, Sonia, adios", y lo mismo hasta volvió a soltar y con razón aquello tan cántabro de "¡ Aldeanos !".

Y me dicen que luego se encontraron las dos con Teresa, que según mi suegra es la que de verdad aquí manda y no "ese de Villaverde que cobra tanto" ...