"Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek", y adiós al de Samuelson.








Escribía no hace muchos meses, aprovechando que Hayek y Friedman no podían ya defenderse, el ahora también fallecido Paul Samuelson lo siguiente :

"El capitalismo puro estuvo vigente entre 1915 y 1929, los años de mi infancia. ¿ Quién lo mató ? El presidente republicano Herbert Hoover y su multimillonario secretario del Tesoro, Andrew Mellon, fueron los culpables antes y después del asesinato.

¿ Quién lo devolvió a la vida ? El New Deal –que siguió el camino intermedio– de Franklin Roosevelt fue el encargado de resucitarlo. Pero eso llevó siete años desde el día en que Roosevelt inauguró su mandato, en marzo de 1933.

Avancemos hasta el actual colapso financiero mundial. Los sistemas de mercado no regulados tarde o temprano se suicidan. ¿ Acaso es éste el final del sistema de mercado ? Como ciudadano común, espero que no. Mil años de historia económica avalan objetivamente cuán indispensables son los sistemas de mercado.

Marx, Lenin y Stalin, como economistas fueron tontos de la aldea. Y Mao, peor. Ni qué hablar de Castro en Cuba, Chávez en Venezuela y quienquiera que llevó a Corea del Norte al hambre y estancamiento.

¿ Qué fue entonces lo que provocó el suicidio del capitalismo de Wall Street a partir de 2007 ? En el fondo de esta hecatombe financiera, la peor de todas, está el capitalismo liberal de laissez faire de Milton Friedman y Friedrich Hayek, que tuvo rienda suelta sin ningún tipo de regulación. Fue la raíz de todos los males de hoy. Los dos están muertos, pero sus legados venenosos perduran.

Sé que mis palabras son duras y tendré que justificarlas. Pero permítanme advertirles, estimados lectores, que mi extensa y variada experiencia en historia económica hizo de mí un centrista incurable. Peor que eso, aprendí a los golpes a ser un ecléctico irremediable.

Fui un excelente estudiante en la conservadora Universidad de Chicago de 1932-1935. Me encantaban mis renombrados profesores de economía, y ellos me calificaban con las notas más altas. Pero... Pero... Siempre que miraba por las ventanas del campus, veía índices de desocupación de casi un 50%. (La Alemania pre-Hitler tenía una situación parecida). Nada de todo eso concordaba con lo que decían mis libros de texto de lectura obligatoria.

¿ Por qué pasé mis cuatro veranos de universidad en la playa del lago Michigan ? Mi familia no era pobre, pero tampoco terriblemente rica. En aquel entonces no había trabajo. Nada, cero trabajo. Casi todos los bancos de Indiana, Illinois y Wisconsin habían quebrado.

¿ Cómo hicieron el benévolo presidente Roosevelt y el pérfido Adolfo Hitler para casi restablecer el pleno empleo seis largos años después de 1929 ? ¡ La respuesta es ni más ni menos que con un enorme gasto presupuestario deficitario que hizo subir las deudas públicas ! No van a encontrar esta historia, así como se las acabo de contar, en la mayoría de las tesis posteriores a 1970 de los doctores en economía de las mejores universidades estadounidenses ( Evidentemente la ciencia mejora y desmejora ).

Estos párrafos enfáticos que estoy escribiendo se relacionan con el futuro incierto de los esfuerzos de rescate que se están llevando adelante en los cinco continentes. Primero aclaremos quiénes son los culpables de convertir la estabilidad y el crecimiento de 1995 en el caos de 2008 :

1. Nunca olvidemos las imbecilidades de George Bush en materia de geopolítica. La historia futura lo documentará.

2. Desde la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca en 1980, Estados Unidos se volvió, cada vez más, una nación de "desahorristas" (1) a nivel familiar (2) a nivel empresarial y (3) a nivel del Estado, de la mano de los fanáticos de la derecha ofertista.

En algún momento, cuando se produzca una corrida desordenadamente letal contra el dólar como moneda, los operadores de los hedge funds estadounidenses que hayan sobrevivido serán short-sellers ( vendedores "a la baja" ) de dólares. Esos legados reaganianos habrán jugado un papel fundamental.

3. Los programas prometidos por George Bush de "conservadurismo compasivo (sic)" resultaron ser un programa de rebajas de impuestos generalizados para gente como mis vecinos acaudalados.

4. La promoción diagramada de la desigualdad no aceleró la productividad total de los factores. Por el contrario, la subida obscena de las remuneraciones de los CEO hizo que todo el sistema de gobierno corporativo se volviese disfuncional. A los CEO inescrupulosos les fue espectacularmente bien mintiendo sobre las verdaderas ganancias de las empresas. Y cuando los descubrieron, salieron libres riendo en todo el trayecto al banco. En realidad, las personas asignadas por Bush a la SEC ( Comisión de Valores de la Bolsa ), como su primer presidente, Harvey Pitt, fueron elegidas sólo porque podían desregular en vez de continuar con una regulación razonable. Pitt fue elegido principalmente porque había sido abogado de las cuatro principales firmas auditoras, que estaban ideando medidas engañosas sobre rentabilidad verdadera.

5. Pongamos a esos auditores en el estrado. Reciben su paga de manos de quienes supuestamente ellos deben vigilar –un caso evidente en que el monitoreo y la regulación son una necesidad prioritaria.

6. Dejemos lugar en los tribunales para las tres grandes agencias de calificación de crédito: Fitch, Moody y S&P-McGraw Hill.

Se supone que deben extender aprobaciones AAA sólo en casos seguros. Pero si una de las tres calificadoras actuase con honestidad, las otras dos se quedarían con todo el negocio. Y esto apesta a conflicto de intereses. Legisladores: tomen nota.

7. Para ahorrar espacio, pasaré a referirme a los nuevos "Frankensteins desalmados" de la "ingeniería financiera". Yo y algunos colegas del MIT, Chicago, Wharton, Penn, y colaboradores, posiblemente seamos maltratados cuando nos encontremos con San Pedro en las puertas del cielo.

¿ Cuál es el problema ? Los derivados y los swaps pueden generar un reparto racional de los riesgos y, de este modo, reducir el riesgo total. Sí. Pero también pueden destruir completamente toda posibilidad de transparencia.

Durante décadas, integré conducciones de organizaciones sin fines de lucro con CEOs de Nueva York hasta California. Ni uno de ellos entendía ni remotamente las fórmulas Black-Scholes-Merton para valuar activos. Todo lo que sabían, o creían que sabían, era que centros de beneficios, nuevos, maravillosos, libres de riesgos, habían invadido sus oficinas. La alquimia, que prometía convertir el estiércol en oro, no era nada al lado de esto.

Evidentemente nadie aprendió la lección del Long-Term Capital Management (LTCM), que casi colapsó en 1998 y necesitó un rescate concertado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

La ingeniería financiera es lo que nos permite ir de un apalancamiento cero a otro de, digamos, 50 a 1. Y cuando el consiguiente riesgo autoinferido explota, todo lo que ocurre, una vez más, es que nuestro CEO y nuestro director salen libres y riendo en el camino al banco.

Bear Stearns convirtió a sus multimillonarios en meros millonarios de la noche a la mañana. El emperador Nerón tocaba la lira mientras Roma se quemaba. El jefe de Bear Stearns jugaba torneos de bridge mientras sus accionistas estaban en el horno.

Teniendo en cuenta que ésta era una de las firmas de correduría de Bolsa que manejó buena parte de las operaciones del LTCM, ¿ no deberían haber aprendido algo sobre el hiperapalancamiento letal ? Conclusión. La mayoría de las pérdidas serán permanentes, como lo fueron en 1929-32. Sin embargo, con suficiente cantidad de dinero fresco de la Fed y del Tesoro de Estados Unidos, la recuperación y la estabilidad serán posibles.

El camino intermedio de Roosevelt-Truman-Kennedy-Clinton habría evitado el caos y las quiebras de hoy. Los académicos de hoy todavía debaten si Colón trajo la sífilis al Nuevo Mundo o al revés. Pero nadie duda de que el colapso mundial de 2008 tiene en su etiqueta las palabras "Hecho en Estados Unidos".

Desde Islandia hasta la Antártica, los niños del futuro aprenderán a estremecerse al oír los nombres de Bush, Greenspan y Pitt. Por supuesto que estoy exagerando. Pero no mucho".

Y yo ahora, en justa venganza, aprovechando qué él ya tampoco puede defenderse, y cuando parece que empiezan a remitir los ímpetus estatistas de los primeros meses de esta crisis, y al mismo tiempo aparece un cierto miedo a los desorbitados déficit públicos, se lo he recordado.

De todos modos, aún sin estar en casi nada de acuerdo con él, la verdad es que me gustaba mucho como se explicaba y he coleccionado también algunos de sus libros.

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