El Muro de Berlín, canta Sabina.

El tan recordado ahora John F. Kennedy dijo una vez en alemán :

"¡ Yo soy berlinés !".

Y Ronald Reagan no lo dijo en ruso, pero le entendieron :

"Señor Gorbachov : ¡ Abra esta puerta, derribe este muro !".

Y el Muro cayó en 1989.

Yo, como tantos, hubiera querido estar en Berlín aquel año y haber participado en el derribo.

Pero no tardé mucho en ir, fue en 1991.

Junto a tres amigos viajé aquel verano con mi mochila y mi billete "interrail" por Europa y, tras algo más de una semana, llegamos a Berlín.

Y estando allí decidimos que, tras tantos días sin separarnos un sólo momento, queríamos estar unas horas alejados los unos de los otros, necesitábamos no vernos las caras durante un buen rato.

Y así, Raúl y Jose alquilaron unas bicicletas y salieron de la ciudad, Mariano prefirió quedarse en la habitación durmiendo y yo, podéis adivinarlo, regresé a la zona del Muro.

Sí, ya lo habíamos estado viendo antes los cuatro juntos, pero ahora en solitario me dediqué a recorrerlo durante todo el día.

Así, durante horas, parecerá tonto, me divertí pasando "del Berlín occidental al Berlín oriental" y "del Berlín oriental al Berlín occidental" tantas veces que contarlas sería más tonto aún.

Estando allí, pasando de un lado al otro del Muro, sentí el poder y la fuerza del ansia de libertad, pero al final del día, junto a la alegría por el triunfo de la democracia y el capitalismo sobre el comunismo y la dictadura, me asaltó una inmensa tristeza pensando en la estupidez del Hombre que había sido capaz hasta hacía tan poco de matar y morir en aquel lugar que ahora no era más que un feo descampado.

Y, lo diré, pensé :

"¡ Yo también soy berlinés !".

Luego, nos volveríamos a París para ver a Miguel Indurain, pero eso es otra historia :

Por cierto, al igual que "Super Sarkozy", yo también tengo "un adoquín" en mi despacho.

Y, bueno, sí, lo tengo junto a otro de las calles de Lisboa, pero eso también es otra historia :