A propósito de Santiago Abascal.

Hasta hace muy poco yo siempre he venido afirmando que el PP vasco era otra cosa, que mientras los demás nos peleábamos por la poltrona allí no tenían tiempo para tal cosa, y que por estar muy centrados en lo único no le dedicaban un segundo a discutir entre ellos por un puesto.


Bueno, sí, sí conocía del desafecto hacia Don Jaime y su tío Marcelino de aquellos chavales de "Nuevas" seguidores de "Goyo" Ordóñez, y por eso el posterior recorrido de "María" fue en un principio tan chocante.


Pero, por fin, tras el "periodo de excepción" ( como me ha parecido oírle o leerle a alguno ), llegó la normalidad y, frente a la cualidad de Vitoria y la calidad de San Sebastián, se impuso la cantidad de Bilbao y, gracias a su tía "la Pastor", Basagoiti se alzó sobre todos.


Y sí, por eso, por ser lo normal y no la excepción el que en un partido se impongan las mayorías sobre las minorías, yo soy mucho de Basagoiti ( aunque mucho menos del "pop" Oyarzabal ) y aplaudo también en esto a Rajoy por ello.


Y así, ya instalados en la normalidad, contemplo con cierta sonrisa y más de un cachondeo los desahogos "facheriles" de Carmelo Barrio en Facebook o la locura "tea party" de Santiago Abascal.


Pero en cuanto a la disputa de Abascal con Basagoiti a propósito de la petición de renuncia preventiva al acta de diputado del segundo al primero, de nuevo estoy con el segundo y únicamente queda decirle "que no se puede estar en misa y replicando" al primero.

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