Leo que a la última misa en el Valle de los Caídos, la celebrada creo ayer domingo en el exterior del monumento debido a la prohibición del gobierno , han asistido pese al frío y la lluvia cerca de tres mil fieles devotos.
La cifra tiene su importancia, ya que antes de que Zapatero lo prohibiera apenas llegaban a cincuenta los asistentes habituales a los oficios religiosos de los padres benedictinos.
Sí, al igual que ocurre durante la temporada de invierno con los accesos a La Pedriza, ayer se volvieron a padecer allí caravanas y atascos "como en los viejos tiempos".
A esto es a lo que yo llamo "el catolicismo a la polaca" al que soy tan aficionado.
Y sí, no he podido menos que sonreír con malicia al pensar en los parecidos entre ZP y Rubalcaba y aquellos líderes comunistas polacos que desafió Karol Wojtyla en Nowa Huta.
Por cierto, acabo de leer también uno de esos escritos en los que "ponen a parir" a Karol Wojtyla, a Margaret Thatcher, a Ronald Reagan y a Joseph Ratzinger, y así he vuelto a saber de los "malos, malísimos" Jean Villot, Paul Marcinkus, Pasquale Macchi, Franz Köning, John Krol, Stanislaw Dziwisz, Joaquín Navarro Valls, Eduardo Martínez Somalo y Julían Herranz, y también de los "malos, mas malos que ninguno" Zbigniew Brzezinski y Vernon Walters, y dirán ustedes que no soy más que un "facha, más que facha", pero "me he puesto contento" recordando aquellos años maravillosos.
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