Nunca he sido de llevar medallas, ni me he puesto escapularios.
Y ni siquiera llevo normalmente reloj y anillo.
Y, por otro lado, tampoco soy mucho de imágenes y procesiones.
Pero, miren, y seguro que es por mi manera "a la romana y a la polaca" de entender mi condición católica, resulta que llevo unos días buscando entre mis cajones y mis cosas aquel crucifijo de plata que mis padres me regalaron.
Y no, no es que quiera molestar a nadie, pero contra más le leo a mi estimado Valcarcel eso de "papista" y más le oigo a ese "cachondo" y "homosexual de profesión" que es Pedro Zerolo predicar contra la religión, más me viene a la mente el recuerdo de esa estrella de David que siempre lleva al cuello la agente Ziva, la de la serie de televisión NCIS.
Y respecto a esto que le den también morcilla a Javier Krahe, y así nos reimos todos.
Hoy sólo me ha gustado la referencia a la serie de TV NCIS. Yo, como diría Azaña, he dejado de ser católico.
ResponderEliminarPues yo, ya lo ve, cada vez me identifico más como tal.
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