Iñigo Ramírez de Haro, otro como Javier Krahe.

Iñigo Ramírez de Haro viene arrastrando una cruz desde aquel estreno en 2004 de su irreverente obra "Me cago en Dios" en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Por molestar, a mí me molestó de aquella obra hasta el título.

Y eso que ya debería estar yo más que acostumbrado, pues es la muletilla habitual de las gentes en los pueblos burgaleses y sorianos en que todos los años he veraneado.

Pero me ocurre como con Krahe y así me pregunto :

¿ Quién soy yo para mandar callar a uno ?

Y así, y por no enmendarsela, Iñigo Ramírez de Haro afirma que el ministro Margallo le aseguró que nunca llegaría en su carrera diplomática a la categoría de embajador.

Y por denunciarlo, a su modo ( recordando la Inquisición ), y con motivo de la promoción del estreno de "Tragala, tragala", fue destituido como encargado de negocios en Belgrado.

Y al estreno, dos días más tarde, y para apoyarlo ( lo que no quita el que cuando lo de "Me cago en Dios" pidiera su retirada de escena ) se presenta Doña Espe y asiste.

Y el pasado martes, y por lo mismo, me presenté y asistí yo.

Y no, no es una obra muy redonda, y yo daría un par de vueltas más a casi todo, pero tampoco aburre.

Nota de "El Moli" .- Al principio parece una función de teatro de colegio, pero luego va creciendo y casi al final te atrapa por un instante. ¿ Talento ? Pues no, pero algunos somos unos enamorados de ese nivel mediocre y accesible de las series B.

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