No falla, llegan estas fechas y me empiezo a acordar mucho de mis antiguos compañeros de Escolapios.
Y también me acuerdo de aquel príncipe africano con el que compartí tantos momentos durante mi primer curso universitario, y de aquel chaval que aún soñaba con ser una figura del tenis, y de aquel otro que ya no esperaba serlo del rugby.
Pero no, no encuentro de ninguno de ellos muchos datos nuevos.
Bueno, miento, reconozco que Javi Carrión me sorprende cada dos o tres años, y me alegro mucho cuando veo que la vida parece que le sonríe.
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