Seguramente Tania Sánchez empezó anteayer una larga y afortunada carrera, pero aquí quedará para siempre el reproche de Gregorio Gordo a su conducta, a la suya y a la de su hermano y a la de su padre, y a la de todos esos concejales comunistas de Rivas que optaron tan poco elegantemente a la compra y a la venta de vivienda de precio protegido, y que también se concedieron "muy legalmente" entre ellos negocios de cientos de miles de euros.
Y Goyo se pone así de ejemplo, algo que yo discutiría en cualquier otro momento, aunque sí le reconozco que siempre ha mantenido la elegancia en su postura.
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