Que Milton Friedman, aunque hasta ahora yo no había terminado del todo de creerlo, estaba en lo cierto cuando nos intentaba demostrar que Franklin D. Roosevelt y su famoso "New Deal" no nos había sacado de aquella de 1929 y que, incluso, puede que con su adopción de medidas ralentizara entonces la salida.
Sí, gracias a Barak Obama, hemos redescubierto que ni siquiera el poderoso gobierno de los Estados Unidos de América es capaz de inyectar en la economía la suficiente potencia como para cambiar rápida y radicalmente las cosas.
Me dirán que algo sí se han notado sus esfuerzos, pero como decía aquel lo único que se está notando es que está pasando el tiempo y que el tiempo todo lo arregla y lo borra.
Y también hemos aprendido que tampoco el gobierno de España es capaz de subvencionar sin límite la economía nacional y que todas aquellas medidas de Zapatero no fueron más que un desperdicio y un disparate.
Y, por eso, las únicas que han salido fortalecidas de esta crisis han sido Alemania y Angela Merkel, y nadie podrá saber jamás hasta que punto hubieran aprovechado los alemanes la actual coyuntura si no hubieran tenido que asumir la carga de cubrir y encubrir nuestras chorizadas y las del resto de los PIGS.
Y, también, como nos acaba de explicitar Don Emilio Botín, lo que nos ha enseñado la crisis es a no volver a fiarnos nunca jamás de los bancos.
Sí, desde el 2007, e incluso antes, la sensación que particularmente yo tengo respecto a la banca es de abandono :
Antes del 2005 los banqueros se presentaban en la tienda y casi te obligaban a solicitarles un préstamo, pero después del 2006 lo único que querían era que les reintegraras lo antes posible cualquier pequeña línea de crédito que tuvieras contratada con ellos, y ahora en el 2010 veo como muchos pequeños negocios se están cerrado a mi alrededor no por no tener potenciales clientes ( como ocurría hace un año ) sino por no concederles los bancos el más mínimo préstamo.
¿ Y cual va ser la moraleja de todo esto ?
Pues el que la presente generación de pequeños empresarios va a tardar no menos de diez, quince o veinte años en olvidar tamaño desprecio y, como ya ocurrió en los años 30, 40 y 50, no les veo volviendo a solicitar en masa a la hora de emprender una aventura empresarial la ayuda de los bancos.
Algunos que se creen que han leído y entendido a Hayek dirán que esto será bueno, pero yo opino lo contrario :
¡ Esto será un auténtico fracaso, y nos relegará por décadas como país a un segundo plano !.
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