Hoy, por sorpresa, mi amigo ha cogido su último taxi ...
Ya hacía mucho que no, pero hubo un tiempo en que los viernes, casi todos los viernes, y algunos sábados, al final de la noche únicamente nos quedábamos él y yo "tomando la última" y "cogiendo el primero" que nos llevara a "nuestro barrio".
Sí, incluso, había días que estábamos deseando el quedarnos solos, sin "amigos", para así "tomarnos la última" a gusto.
En esos momentos, en esos "mano a mano", yo le intentaba explicar mi "modo de entender" la vida y él me expresaba sus "deseos de cambio", pero como se ha visto ni yo conseguí "hacer las cosas a mi manera" ni él llegó a "cambiar de despacho".
Luego, a mi amigo le gustaban los dulces, sobre todo la tarta de fresas y nata, y continuamente visitaba la tienda y, también, me "obligaba" a que le "sorprendiera" con bandejas de buñuelos de nata a primeros de Noviembre o rosquillas de limón por San Isidro.
A mi me apreciaba mucho, ya lo sé, pero a Sonia también y, pasados los primeros años en que verdaderamente se preocupaba por si "me los estaba poniendo" con tanto músico y tanto cachondeo, se convirtió luego en su máximo admirador y en uno de los que más la alentaban para que se trajera a Getafe al "Pollito", a los Ketama, ...
Sí, estaba enfermo, yo lo sabía, pero la última vez que le ví, justo delante de su despacho, no me lo pareció ...
En fin, era buena gente, muy buena gente :
"Y una cosa, Humi, el próximo taxi lo pago yo".