Nunca he sido yo mucho de preocuparme por los años de cárcel que recibían de condena estos hijos de puta.
Más bien mi preocupación era el atraparlos y dejaba lo de contar años para cuando estuvieran todos entre rejas.
Pero ahora me sobresalto con la liberación del asesino de Gregorio Ordóñez y verdaderamente pienso que no debería salir de la cárcel.
Leo que se tiene la esperanza de que en el futuro se pueda revertir esta liberación y creo verdaderamente que sería el mejor modo que tendría Consuelo Ordóñez de hacer honor a su hermano y de justificar también su mediocre gestión de la Fundación.
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