No, yo no viví políticamente con Franco.
De hecho, mi primer recuerdo de aquel periodo es el de su muerte.
Y de Suárez recuerdo aquellas últimas elecciones que contra algún pronóstico volvió a ganar, su dimisión y el 23-F.
Yo soy mucho más de Felipe González, o más bien del ir contra él.
De Felipe González lo recuerdo todo.
Discutí antes y mucho con mi amigo Mariano sobre lo cierto o mentiroso de aquella promesa de los 800.000 puestos de trabajo.
Defendí la permanencia en la OTAN y mi rechazo a aquel referéndum particularísimo y equivocado.
Y hasta creo que mi primera visita al Santiago Bernabéu fue para rezar con al Papa y no para ver jugar a Santillana o Butragueño.
Y así, yo me afilié al PP en su momento con la esperanza y el objeto de poner mi ínfimo granito de arena en la misión de desalojar al PSOE del gobierno.
Y, por eso, íntimamente di por concluido mi esfuerzo el día que Aznar juró como Presidente, tras haber concluido un acuerdo con Jordi Pujol y Xabier Arzalluz.
Y celebré aún más ese acuerdo cuando creí entender que lo del final de la Mili los hijos de Pujol lo habían incluido en el preámbulo.
Pero, luego, todo se volvió gestión y perdí el entusiasmo.
Yo, para eso de la gestión, no me identifico con lo público y me decanto siempre antes por lo mío propio y privado.
Además, aquel asesinato de Gregorio Ordóñez me hundió, y ya nunca volví a ver las cosas con igual entrega y disposición a todo cambiarlo.
Y sí, di el asunto por concluido y me fui para otro lado.
Y se fue Aznar, y llegó ZP, y ahora Rajoy, y yo y los míos bastante hemos tenido con sobrevivir como para además ir dando lecciones de como esto arreglarlo.
Pero, ahora, o dentro aún de un rato, si en verdad vamos superándolo, creo sentir que vuelven a llamar a arrebato :
¡ Que vienen los rojos !
¿ Es esto mío pasión de nuevo, o sólo es fiebre de resfriado ?
De hecho, mi primer recuerdo de aquel periodo es el de su muerte.
Y de Suárez recuerdo aquellas últimas elecciones que contra algún pronóstico volvió a ganar, su dimisión y el 23-F.
Yo soy mucho más de Felipe González, o más bien del ir contra él.
De Felipe González lo recuerdo todo.
Discutí antes y mucho con mi amigo Mariano sobre lo cierto o mentiroso de aquella promesa de los 800.000 puestos de trabajo.
Defendí la permanencia en la OTAN y mi rechazo a aquel referéndum particularísimo y equivocado.
Y hasta creo que mi primera visita al Santiago Bernabéu fue para rezar con al Papa y no para ver jugar a Santillana o Butragueño.
Y así, yo me afilié al PP en su momento con la esperanza y el objeto de poner mi ínfimo granito de arena en la misión de desalojar al PSOE del gobierno.
Y, por eso, íntimamente di por concluido mi esfuerzo el día que Aznar juró como Presidente, tras haber concluido un acuerdo con Jordi Pujol y Xabier Arzalluz.
Y celebré aún más ese acuerdo cuando creí entender que lo del final de la Mili los hijos de Pujol lo habían incluido en el preámbulo.
Pero, luego, todo se volvió gestión y perdí el entusiasmo.
Yo, para eso de la gestión, no me identifico con lo público y me decanto siempre antes por lo mío propio y privado.
Además, aquel asesinato de Gregorio Ordóñez me hundió, y ya nunca volví a ver las cosas con igual entrega y disposición a todo cambiarlo.
Y sí, di el asunto por concluido y me fui para otro lado.
Y se fue Aznar, y llegó ZP, y ahora Rajoy, y yo y los míos bastante hemos tenido con sobrevivir como para además ir dando lecciones de como esto arreglarlo.
Pero, ahora, o dentro aún de un rato, si en verdad vamos superándolo, creo sentir que vuelven a llamar a arrebato :
¡ Que vienen los rojos !
¿ Es esto mío pasión de nuevo, o sólo es fiebre de resfriado ?
No es cierto eso que cuentas. Los que hemos compartido pupitre y tiempo contigo sabemos que no es cierto.
ResponderEliminarNunca trabajaste por el PP sino para un afiliado del PP que buscaba crecer en sus negocios particulares medrando en política. Es más, te retiraste cuando él alcanzó sus objetivos. Y se te recuerda no por tus logros, sino por tu afán en atacar a todos aquellos que pretendían construir si eso no servía a tus intereses particulares. ¡qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Es otro modo de verlo ...
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