Estos días me he reconciliado con Don Antonio Cánovas del Castillo.

Sí, como dice el amigo, lo del estar en los pasteles te hace el mundo mucho más reducido.

Y llevaba así yo unos años con mi juvenil entusiasmo por la figura de Cánovas algo disminuido.

Había, quizá, leído demasiado al profesor Juan Velarde, y también a Ramón Tamames, y estaba yo demasiado en contra de su proteccionismo.

Pero, estos días, tras lo de Pablo Iglesias y su "Podemos", me he reconciliado con Don Antonio Cánovas del Castillo, su restauración monárquica y su bipartidismo.

Sí, a algunos no nos apetece el estar todo el día en la revolución y el cambio, somos más de la alternancia política entre parecidos y que un día gobierne Rajoy sin entusiasmarnos y otro lo haga Rubalcaba ( u otro ) sin acojonarnos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario