Orgulloso de mi ingenuidad.

Oigo a mi alrededor despotricar contra los por fin descubiertos beneficiarios de las tarjetas, los créditos y los coches de Caja Madrid.

Y también contra la incompetencia de la ministra.

Y yo no digo nada, pero sonrió.

Es una sonrisa de recuerdo de aquellos años en que desde mi ingenuidad me atrevía a enfrentar a todos estos.

Quería yo creer, o así me lo había inculcado mi amigo Pedro, que todo era posible o que algún día podría llegar a serlo.

¿ Pero cómo íbamos a poder enfrentarnos a Norniella y a Romero de Tejada, siendo ellos tan ricos y grandes hombres como para disfrutar de dichos lujos y prevendas ?

¿ Y cómo iba a poder Sonia soplarle a Mercedes de la Merced la oreja ?

E igual le debe estar pasando a mi admirado Alfredo Coll tras conocer de lo de Recarte, Rodríguez-Ponga e Irazo.

Que sí, que ingenuos y hasta un poco gilipollas, pero hoy orgullosos de haberlo entonces sido y aún seguir siéndolo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario