Odio a la que odia y me avergüenzo de su desvergüenza.

Mal, muy mal ha debido estar siempre y sigue estando.

Y sus maluras la deben haber siempre acompañado.

No, no busquemos disculpas en su desgracia.

Tales males forzosamente tienen que venirle desde mucho antes.

Lo suyo no es dolor sino ignorancia, y de ser muy imbécil y muy gilipollas.

¿ Lo peor ?

El que la identifiquen con los españoles y con España.

Nota de "El Moli" .- Cada día estoy más orgulloso de la labor de Marimar Blanco, a años luz de la hermana de Gregorio Ordoñez y de esta otra demostrada incapaz.

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