Pues poco puedo decir.
Ahora Sonia va y me lo defiende :
¡ A buenas horas, querida !
Aunque les voy a confesar que he coincidido con él muchos días.
No, no en las ideas, ni en los argumentos.
He coincidido con él mucho, pero mucho, mucho.
A eso del mediodía.
En el burguer.
Pidiendo él casi siempre descafeinados o infusiones, creo recordar.
Y yo uno de pollo y otro de carne, con patatas y coca-cola grande.
Sí, en esos días del mes en que necesito un chute triple de "colesterol del malo".
Sí, ellos ya me entienden : "¡ Soy un hombre !".
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