Te convocan para unas elecciones internas.
Te obligan a ponerte al día en las cuotas para poder participar.
Acudes a reuniones de las candidaturas y abandonas por ellas tus quehaceres diarios.
El día de las elecciones te llaman :
- "¡ Moli, te necesito !".
La cosa está pareja, te dicen.
Y te pasas así todo el día en la calle Madrid, llamando a antiguos afiliados y convenciéndoles para que acudan a votar a alguno de los dos candidatos.
Y, claro, todo ese día a tomar por culo el propio trabajo.
Y, ahora, mira no, que mejor hemos pensado ...
En verdad me siento como si me hubieran dejado la dentadura a medio hacer, o sin el viaje de este verano.
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