Cuando llegué a las NN.GG. de Getafe estaba entonces de presidenta mi amiga Mari Carmen.
Y, por ejemplo, de ella aprendí yo todas las maluras y juegos de manos posibles a la hora de sacar de las urnas los votos y proceder a su recuento.
Sí, casada con mi también amigo Quico, y del que nunca aclaramos del todo lo que en verdad le ocurrió en el Metro.
Y del que a su vez aprendí el mejor modo de hacer grafitis electorales, pegar carteles y tapar con mucho estilo los de los de enfrente.
Sí, Mari Carmen, la que luego fue gerente de la Arpegio y que por ello tanto sale ahora en los periódicos a resultas del Caso Púnica y el repulsivo de Granados.
Y, luego, mi amiga fue sustituida en nuestra NN.GG. local por una gestora, y resulta que fueron mis entonces tan estimados Ginés y Benjamín los que en sus calidades de presidente y secretario general regionales nombraron dicha gestora.
Y también resulta que con Ginés luego compartí abogadas y amigas comunes, y que me decían que era Ginés muy simpático, y que les decía yo que para mí por acontecidos ya no lo era tanto, y que en cuanto a lo de honrado y mejor chico opinaba yo también que algo menos, y enseguida de aquellos comentarios estalló lo de la Gūrtel y nuestras abogadas y amigas comunes sonrojadas alguna vez aquellas palabras mías me las han recordado.
Y arrastrado por mis estimados Ginés y Benjamín al lado oscuro a mi amigo "Tomás, el de Brass" se lo llevaron, y eso que juntos hasta habíamos estrellado una moto de muy alta cilindrada en Mónaco, nos habíamos ligado juntos en Venecia a un muy guapo ragazo, y hasta nos habíamos despertado en Roma en la misma cama muy juntos, muy empapados y muy pegajosos.
Y, ya digo, arrastrado por Ginés a la oscuridad, cuando apenas habían pasado unos meses desde que había sido nombrado nuestro secretario general local, Tomás intentó traicionarnos.
Sí, pero no pudo, y a todas las fiestas de las NN.GG. de entonces acudía yo y le ponía a caldo.
Y no, no ha habido peor campaña homófoba que la desplegada entonces por mí hacia Ginés y Tomás.
Y Tomás dejó de ser nuestro secretario general local y, sin embargo, prosperó en el partido regional y de Boadilla llegó como "el Roca de Marbella" a ser el amo.
Y montaba en Fórmula 1, y en lo de la Gūrtel organizaba en su casa reuniones y festejos de cientos, y yo ni me enteré entonces, y ni me encargaron para aquellas fiestas los pasteles, y ni tampoco a Sonia los flamencos.
Y sí, nosotros y Ginés, Benjamín y Tomás tuvimos entonces unos meses muy complicados, y hasta "David, el de la PSG" estuvo a puntito de llegar con ellos a las manos.
Sí, David, "Da-mo-pin" que fue luego, y antes mi adjunto cuando yo fui nombrado a dedo presidente local de NN.GG. y David sólo era entonces el primo de su primo, condición que también con el tiempo fue perdiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario