Todos, de niños, queremos ser policías o bomberos, aunque yo a lo que jugaba es a bandoleros ( ya saben, aquello de "Curro Jiménez").
Y también yo, allá en la década de los 80, me debatía en mis sueños entre hacerme "broker", y vivir en New York, o unirme a la "Contra", y adentrarme en la selva centroamericana.
Otros, como aquel de "Kortatu", apostaron por adherirse al FSLN sandinista, pero yo ya entonces era "facha" y quería cortarme el pelo a lo Oliver North en una peluquería de Manhattan.
Luego, me dio por leer novelas de Tom Clancy, e imaginé crear yo también un personaje ( como el de "Jack Ryan" ) que a semejanza de "Tintin" participará en todas aquellas desventuras y estuviera en todos aquellos lugares relevantes del fin de la "Guerra Fría" y el principio de la "Paz Caliente".
Y aventuras y desventuras puedo contar, aunque todas ellas sean muy locales, como aquella en que López-Viejo me ordenó preparar una sala para que Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón anunciara que se marchaba del partido, o como aquella otra en que viajamos a San Sebastián para enterrar a Gregorio Ordóñez, o como aquella en que me negaron el visado para viajar a Cuba, ...
Por eso, el "loco, más que loco" de Matthew VanDyke es uno de mis héroes, por haber yo soñado alguna vez el vivir como él de aventura en desventura "internacionalmente".
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