Escuché ayer en televisión criticar el que en España haya habido un sector del electorado que ha simpatizado con personajes como Mario Conde, y que incluso hizo eurodiputado a José María Ruiz Mateos.
Y yo, pues sí, de esos.
Y es que para mí Mario Conde entonces no hizo en Banesto más que lo que hicieron otros en el Central-Hispanoamericano, y a él por enfrentarse al poder le metieron en la cárcel y a los del BCH por demostrar cumplida pleitesía hasta marqueses les nombraron.
Y, además, a Mario Conde sin su fortuna le dejaron, y por eso lo que arrambló y se llevó a Suiza apenas puede considerarse el diezmo eclesiástico.
Y no digo que no tengan que ir a la cárcel, pues es cierto que por chapuceros la cagaron, pero no dejan por ello de serme simpáticos.
Y lo mismo digo de Gerardo Díaz Ferrán, superado por esta maldita crisis.
O de las que mataron a la de León por cacique.
Y, en cambio, en lo de los policías de aquí no simpatizo con ellos, no me sumo y ahí lo dejo.
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