Había miedo a la revolución.
Pero un día vimos a Varoufakis montado en su moto y también desayunando con la más que pija de su mujer en la terraza con vistas de la mansión de su suegro.
Y al otro nos enteramos de lo de Tania, su padre y su hermano en Rivas, y que si se llevaba mal, bien o regular con su alcalde.
Y luego lo de Rita, eso de que depende de con quién sales para que dimitas o no cuando se te imputa.
Y en Barcelona lo del novio de Ada, que cobra el sueldo con las mismas que siempre se han cobrado estas cosas en Izquierda Unida.
Y aquí, en Madrid, también lo de los papas de Rita.
Y antes lo del yerno de Manuela.
Y además también tranquiliza el ver que al menos van a necesitar tres de los próximos cuatro años como concejales para enterarse de lo que son los ayuntamientos, como todos.
¿ Y lo de la revolución ?
Pues lo vamos a dejar para luego.
¿ Y los "fachitas" ?
Pues casi ya sin miedo.
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