De aquellos tiempos en que él fue concejal es de lo que fundamentalmente va este blog y con el tiempo todo lo iré contando, o no.
Pero, luego, pudo haberse ido conmigo al Partido Demócrata Español de Juan Ramón Calero, y así lo hablamos una mañana muy en serio, pero tampoco.
O, por apenas quince días, pudimos haber sido también socios en la compra en Villaverde de un edificio que teníamos para almacén de la pastelería alquilado y que el propietario nos vendía casi regalado para tirarlo abajo y levantar en su lugar otro más nuevo y más alto.
Llegó Antonio a Villaverde, ya digo, quince días tarde, y casi mejor así.
Y, luego, o antes, y sin pedírselo, se desvivió por mis hijos y les buscó y encontró plazas en campamentos de verano y equipos de fútbol.
Y, en cambio, de nuestra parte más bien nada o muy poco.
Y mucho "¿ Qué tal "El Moli" ?" y "¿ Pero está bien ?".
Y mucho "¿ Qué tal "El Moli" ?" y "¿ Pero está bien ?".
Y, pues eso, que él nos quería mucho más a nosotros que nosotros a él, y que se nos ha ido demasiado pronto.