Yo, de Donald Trump de toda la vida.
Y de Ivana.
Desde los años 80 de Ronald Reagan.
Con fotos en 1998 de Sonia delante de los edificios Trump en nuestra “honeymoon”.
Y visita fallida a Newt Gingrich en su despacho del Capitolio.
Que pudiera ser el de Nancy Pelosi de ahora.
Y foto de Sonia junto a un árbol según le miras a su izquierda que ha salido ayer todo el rato.
Pero Donald Trump ha llegado a ser Presidente sin estar ya fogueado.
Para mí que debería haber optado primero por ser Alcalde de New York, o Gobernador.
Lo de ser Presidente, pues no.
Y su política “aislacionista” necesitaría de al menos doce años para ver algún resultado.
Y yo, en eso, pues tampoco.
Yo, más bien “neocon” en política exterior y con mucha añoranza de la Guerra Fría.
Es decir, de lo de ser colegas de Vladimir Putin para nada.
Y de Milton Friedman en economía, es decir, nada de proteccionismo en comercio exterior.
Y mucho de la OTAN, y de Angela Merkel, y de ...
Pero también mucho de Donald Trump, y de su hija Ivanka.
Y mucho del “Don’t Tread On Me”, que es más que un sentimiento.
Es una actitud y una forma de conducirte por la vida.
Y esta semana la bandera amarilla ha aparecido por casa.
Los míos me la han regalado sin saber muy bien lo que significaba :
“¡ Algo de fachas !”
Y tras lo de ayer algo han entendido, aunque no sé si lo han entendido bien.
Si soy yo, y es ya viernes, y aún estoy dándole vueltas a lo del tío vestido de búfalo.