"El Moli" y los afrancesados.

La primera noticia de lo que aquí iba a terminar pasando, la tuve yo un día en que sobre el asunto "Carlitos" estuvo largando.

Y sí, más o menos venía a decir él que de los entonces concejales apenas le servía ninguno para otros cuatro años.

¿ Pero ninguno ?, le pregunté yo al que después esto me contaba.

Y ninguno era lo que mi informador me confirmaba.

Luego, era lo lógico, si el resultado iba a ser bueno, casi seguro que alguien vendría de fuera a aprovechar el momento.

Pero no, pasaban los días y los meses y aquí no sucedía lo esperado, e incluso me resigné yo a aceptar a "Carlitos" como "animal de compañía", e incluso el propio Carlos en ese sentido en "El Mundo" o en "El País" hizo alguna entrevista.

Por eso, sí, la llegada de Soler para mí fue la del deseado, y por ello hasta vi muy bueno su origen, su perfil y su ramalazo.

Y no, no quedó luego casi ninguno de los anteriores concejales, y aún así los que quedaron a mí me parecieron demasiados.

Pero, mira, muy pronto sufrí el primer desengaño y ese me lo dio Antonio José, que ya desde hace años viene de vez en cuando a tomarse en la tienda un refresco, y que por cierto aún me sigue afirmando que no conoce de nada a Sonia, ni a ella ni a sus flamencos.

Sí, me sentí hablando con él que estaba yo ante un funcionario de los de ventanilla, o como si yo fuera Messi y estuviera intentando dialogar con el arbitro.

Más o menos me dijo Antonio José que, frente a mis deseos de mantener para Getafe cierta autonomía política, a partir de ese momento lo que se iba a aplicar era el estricto reglamento y que, por tanto, íbamos a ser los de Getafe un pueblo más, y a lo mejor hasta un pueblo menos.

Desde ese día, desde ese día tan temprano, "El Moli" que había venido celebrando la llegada de Soler y sus veintitantos volvió a querer ser un "patriota" y dejó de ser un "afrancesado".

Nota de "El Moli" .- Se que es muy pronto, pero algunos ya estamos intentando adivinar cual va a ser el próximo escenario y no hacemos otra cosa que preguntar por la talla política de uno y otro.